Albert Clemente. El pasado miércoles día 25 de febrero tuve el placer de asistir a una mesa redonda muy singular y que colmó las ya de por sí altas expectativas que tenía del evento. Tal y como comenté en las redes sociales, tenía la posibilidad de conjugar en una misma tarde dos de mis principales pasiones: la criminología y el periodismo. El título muy sugestivo: “Crimen y castigo: la representación en los medios de comunicación”, dentro del ciclo impulsado por el Ateneo Mercantil de Valencia como Foro de Justicia y Criminología.
¿Por qué describo la mesa redonda como “muy singular”? Por una sencilla razón, el moderador del debate – el reputado y conocido criminólogo Don Vicente Garrido Genovés – era el que preguntaba a tres curtidos periodistas y fueron los que normalmente interrogan a la gente los que se sometieron al interrogatorio tanto del profesor Garrido, como de toda la concurrencia que quiso hacerles preguntas.
Los invitados eran de mucho calibre. Ferrán Garrido, jefe de informativos y programas de RTVE en Valencia, precisamente premiado el pasado año por la entidad organizadora por su trayectoria periodística. Sus compañeros de mesa, Teresa Domínguez y Javier Martínez, dos periodistas de prensa escrita, de los medios Levante-EMV y Las Provincias; todos ellos periodistas valientes y autocríticos con la profesión y con sus empresas.
No pretendo hacer una crónica, tan sólo quiero ofrecer mi opinión como criminólogo y mediador. De todos modos no podría puesto que no paraban de dar titulares y no podía dar abasto con mi pequeño bloc de notas. Para contextualizar un poco a aquellos que se lo perdieron, destacar que sobre todo se habló de cómo el periodismo trataba el tema de los sucesos, entendiendo éstos como la crónica y noticias del tema delictivo. A preguntas del profesor Garrido, los periodistas convinieron en la necesidad de separar convenientemente la delincuencia de cuello blanco del resto, puesto que al poseer una carga política implícita, era más adecuado que intervinieran los compañeros de otras secciones como “política” o “nacional”.
Absolutamente todas las temáticas posibles, se pasaron por el sabio tamiz del hábil preguntador Dr. Garrido. Todos reconocieron que en sucesos hubo un antes y un después en el “caso Alcàsser” en el tratamiento de la información, que aquello supuso un auténtico máster para todos ellos. Teresa Domínguez afirmó que no entendía cómo en todas las facultades de periodismo no existía una asignatura que se llamara específicamente caso Alcàsser. Mucho nivel en la autocrítica, “los periodistas somos muy soberbios” o “no hay que olvidar que trabajamos para empresas que persiguen por encima de todo la consecución de un objetivo económico”, fueron tan sólo algunos de los titulares que antes mencionaba.
También dio mucho juego el tema de las redes sociales. Tiene sus aspectos positivos como la inmediatez, pero también les exige más trabajo y rigor a la hora de contrastar las noticias. Como ejemplo, las últimas “nevadas” en la ciudad de Valencia, o toda la difusión de imágenes falsas sobre el terremoto con epicentro en Albacete que afectó a una buena parte de la península ibérica.
Un punto en común entre criminólogos y periodistas es que a los profesionales que cubren la “crónica negra” les interesa mucho saber más de porqué determinada gente rompe las normas y delinque. Están acostumbrados a ver lo mejor y lo peor de la vida en directo y les gustaría tener las claves de por qué pasa esto. Todos ellos asintieron a la afirmación de Ferrán Garrido que los criminólogos les seríamos muy útiles a nivel formativo.
Para acabar os dejo con dos titulares que me encantaron, creo recordar que fue Teresa Domínguez: “el periodismo de sucesos es la escuela del periodismo”, “los sucesos son reales, el resto de periodismo es de bote”.